lunes, 5 de noviembre de 2007

Que feo es ser feo...

Osea, no hablo de la fealdad física, la fealdad que usan como estandarte de lucha los zombis de la moda que salen en la tele, haciéndole creer a la gente que ellos son los feos solo por estar del otro lado de la caja estúpida, y que la única forma de ser felices es pareciéndose a ellos.
Ellos, que no solo son los lindos, sino que como lindos que son tienen el derecho y el deber de marcar que es lindo y que es feo, que esta de moda y que no, que es arte y que no, que programa es bueno y cual no, siendo que bueno es o no, por la cantidad de paramesios que logra hipnotizar (el Tercer Reich, fue uno de los ejércitos mas numerosos, y no por eso era bueno).
Y lo mejor, si se pudiera materializar el Rating, me gustaría tirarlo al suelo y filmar a "los lindos" tirándose al piso, acumulándose y revolcándose en el barro para poder morder un poco, cuales cerdos en un corral.
Lindos, dispuestos a todo por un poco de atención, venderían su alma a Macri por un "especial". Tan predecibles y dominables como un niño al que no se lo mira cuando completa insignificantes proezas...... "mira, mira, mira lo que hice". Capaces de cambiar sus ideologías por las que son completamente opuestas, capaces de tener sexo anal con sus Némesis televisivos, si con eso atraerían muchos amebas humanoides frente al televisor.
Moneyyyyyyyyyyyyy !!! ..... Get Away !!!!!!!!
Y así como PARA MI, el arte es todo lo YO considero como tal. Todo eso que ustedes pregonan como Belleza y Hermosura, todo eso, es lo que yo considero Feo.
Nosotros estamos orgullosos de ser lo que ustedes llaman feo, y eso nos hace hermosos; mientras que ustedes feos son y contentos de ser Feos morirán.
Y....Que feo es ser feoooo

viernes, 12 de octubre de 2007

Su cicatriz

Sino fuera por esa cicatriz, nada de esto hubiese pasado. A pesar de parecer algo insulsa por el hecho de no sangrar, esa cicatriz me erizaba los pelos de los brazos y la nuca, era sin comparación, hermosa. Claro que ella no sabia cuanto me gustaba su cicatriz, y no debería saberlo, creería que estoy enfermo, y no lo estoy. Hay gente que se enamora de un par de ojos, o un pelo particular, a mi me enamoro esa cicatriz, a pesar de no sangrar. La observe durante muchos días, entrar, salir, ir y venir, sin que ella me notara. Hasta ayer, en que decidí que no podía dejar que se oculte magnifica belleza. No fue difícil, algunas sogas hicieron que no se mueva, mientras que un pañuelo hizo que no grite. Lentamente mi cuchillo y yo hicimos que saliera a relucir la belleza del viejo crobo, y multiplicamos su hermosura a través de todo su vulnerable cuerpo. Y acá me encuentro, masturbándome en un baño publico, observando como se endurece la sangre en mi remera.

miércoles, 26 de septiembre de 2007

Una vez...

Una vez, nos perdimos en un bosque y como fotogramas de una película pude vernos asentándonos allí. Un refugio cercano a un arrollo de agua cristalina, que hacia las veces de lavabo y alimento. Unas parras de moras nos daban sombra y frutos que recogías por las tardes, mientras yo buscaba algo para la cena.
Fuera de que no nos faltara nada físicamente esencial, nos mantenía vivos el amor.
Pasaban los días y aprendíamos más, y más, de nuestra mentora e institutriz, la madre naturaleza, ideamos en silencio miles de formas de volver a la ciudad, todas válidas y funcionales, pero… ¿para que? vivíamos en perfecta paz y armonía, y nada más importaba.

Fue cuando me vestí, lleno de valentía, y sin haber fumado, ni tomado nada, fui a tu casa, a decirte lo que siento. El fervor hizo que durante el viaje te lo diga de mil maneras distintas en mi mente, sin encontrar la forma correcta de expresarlo.
Conforme me acercaba, las dudas y los miedos invadían mi cabeza, y al llegar a la puerta de tu casa, sabiendo que estabas tras esos muros, me auto convencí de que era una mala idea, que eras demasiado para mi. Marche hacia la esquina y mirando en todas direcciones desee un encuentro inocente y casual, que no sucedió.

Y tirado en mi cama, toque temas depresivos en mi guitarra, la que callo de mis manos, cuando buceé entre almohadas y maldiciendo al destino por no haberte visto en esa esquina, cerré los ojos con fuerza e intente volver al bosque, donde todo era perfecto. Pero no funcionó, todo estaba oscuro…

Mire la mesa de luz, y ahí estaba, siempre fiel, mi final de sueño envuelto. Y si bien no volví al bosque, si volví a ser un espectador de mi vida, mirando, observando y hasta opinando, pero sin actuar, encerrando cada sentimiento que aporreaba mi cráneo en un cuaderno que nunca nadie leería.

martes, 18 de septiembre de 2007

Amo

Amo el frío que no te deja salir de la cama.
Amo el calor que te hace hablarle al ventilador.
Amo el dolor en los ojos del sol madrugador.
Amo la lluvia que te mantiene preso.
Amo la somnolencia del sol después de comer.
Amo la lluvia que te hace cantar en la calle, como Alex.
Amo la sumisa e inocente nariz de Alison Hannigan.
Amo las historias tras las ventanas de los edificios.
Amo los autos que me ignoran desde las autopistas.
Amo la belleza exótica de Helena Bonham Carter.
Amo a mi.
Amo la ciudad y la vida rutinaria.
Amo caminar sin rumbo ni sentido.
Amo la paz y la inmensidad desconocida del bosque.
Amo la soledad.
Amo a mis amigos y su compañía.
Amo trabajar para ganar mi dinero.
Amo hacer una súper salida con $2.
Amo a Lennon.
Amo … (PG-18).
Amo estar sobrecargado de actividades.
Amo no tener nada que hacer.
Amo mear en la mañana.
Amo ser como soy y lo que soy.
Amo la simpleza y la pasión por pequeñeces de Amelie.
Amo bailar ska en las combinaciones del subte.
Amo que me mires mal por eso.
Amo las pelis malas de los sábados.
Amo vivir otra vida y bajar del escenario.
Amo de vez en cuando patear la pata de la cama.
Amo cantar por la calle.
Amo las pelis que me parten el cráneo.
Amo el arte en todas sus expresiones.
Amo llorar en la almohada.
Amo las velas y los sahumerios.
Amo la vida.
Amo cagar mucho y consistente.
Amo meterme en la ducha con los ojos pegados.
Amo dormir hasta tarde.

Y odio amar tanto...